El 2020 ha sido un año impredecible. Nos demostró que el Mundo, lleva su propio ritmo, hay circunstancia que nos afectan, y que no podemos controlar.
Yo arranqué el año con la respectiva planificación de 2020, siguiendo las indicaciones de los gurús de la productividad; elaboré mis objetivos, con su respectiva estructura SMART (specific, measurable, achievable, realistic, timely), tomé en cuenta los cuatro (4) aspectos que yo considero más importantes mí la vida: emocional, espiritual, material (económico, profesional), físico (salud). Elaboré mi cronograma de productividad y por supuesto a vivir el 2020, como nunca, puesto que era mi año. Eso lo digo cada año nuevo, este es mi año, ya es como un lema… Aunque el 2020 provoca volarlo del calendario.
Los que me conocen saben que soy una persona arriesgada, planificada, organizada, espero el momento y actúo. Evito comentar mis planes, y mucho menos las estrategias, simplemente me enfoco en mover las piezas. Hablo en el momento que corresponda, con las personas correctas, para alcanzar el resultado.
Mí secreto está en enfocarme en mis talentos. Tengo una lista, que hace muchos años la trabajé con un gran amigo, y recuerdo claramente el mensaje:” Esa lista es tu base para todo”… Y así es.
El listado cualidades positivas, es mi ancla ante cualquier tipo de situación. En momentos de cambios radicales y de toma de decisiones, actúan como salvavidas, y funcionan! Aprendí a determinarlas no sólo para mí sino para quién lo necesite.
La fiesta del año nuevo estuvo tan divertida y genial, el 2020, sería una maravilla!
Pues, el 2020 comenzó a pasar factura a los días de haber iniciado. Literalmente me sentía dentro de un barco, pero con una marea tan fuerte donde no vas a ningún lado. Lo que nunca perdí fue el enfoque en los objetivos, en mi lista de cualidades y en la profunda fe que tengo en Jesús y sus Ángeles.
Vino la pandemia y siguieron los cambios. La pandemia obligó a la gente a estar confinada, a estar consigo misma. Tarea difícil para algunos.
En ese primer semestre del año estuve dedicada al 1000% al trabajo en la empresa de contenido científico, mudanzas, fue un periodo de ajustes. Luego de 6 meses, volví a escribir en el blog, y decir con mayor propiedad “quién dijo miedo, para adelante es para allá”.
Diría que estoy más centrada,más fuerte y un poco más sabia. Me cambié el color del cabello, volví a mi rutina del pilates, retomé la danza, he superado las metas, mis clientes están contentos, apoyar a quién lo necesite.
Los cambios y las sorpresas siempre estarán. El punto es analizarnos, ver como reaccionamos ante las circunstancias, caer y volver a levantarse. Continuar avanzando en esta vida, es el don que tenemos.
Claves: conocerse a sí mismo, determinar tus cualidades positivas y talentos, balance, pensamiento estratégico enfocado en los objetivos.
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